El mes de noviembre comienza con una festividad de gran arraigo tanto en España como en Hispano América. Hoy vamos a hablar de estas dos fiestas: El día de Todos los Santos y El día de los Muertos.
La fecha de la celebración de ambas festividades es el 1 y el 2 de noviembre y sirve para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.
En América Latina, la tradición comenzó con los aztecas para agradecer a sus dioses por las cosechas. Esa tradición finalmente se fusionó con la solemnidad cristiana del Día de Todos los Santos.
El Día de los Muertos no se celebra de igual forma en los países de América latina, debido a que el Día de los Muertos es una mezcla de prácticas indígenas y tradición católica, hay variaciones en la forma de celebrarse. México y Guatemala se basan en antiguos ritos aztecas y mayas, mientras que lugares andinos como Bolivia y Perú todavía tienen la influencia de las prácticas incas.
El Día de los Muertos es una celebración de la vida; el día de todos los Santos, también, aunque con tintes más religiosos.
El 1 y 2 de noviembre en América Latina celebran a sus seres queridos que ya fallecieron y cuyas almas se cree regresan en estos días a este mundo, a fin de disfrutar de las ofrendas en su honor.
De esta forma, en México el Día de Muertos se caracteriza por la realización de altares. Sus elementos varían dependiendo de la zona. Contienen velas, agua, fotografías de los difuntos, sus comidas preferidas en vida, fruta, bebidas y son adornadas con papel picado y flores de cempasúchil.
Asimismo, la gente acude a los cementerios a “velar” a sus fieles difuntos, es decir, a pasar la noche a un lado de las tumbas de sus familiares, donde “comparten” comida y bebida, así como a llevar “serenatas”, entre otras tradiciones.
El Día de Todos los Santos en Guatemala, se acostumbra a comer fiambre, un platillo de origen maya que mezcla carnes frías de origen español y vegetales de la zona. Destaca la tradición del vuelo de papalotes gigantes en los cementerios. El vuelo de los cometas o barriletes, evitan, según la leyenda, que los espíritus malignos molesten a las ánimas buenas que retornan en esta época.
Por su parte en Ecuador, se preparan y consumen las guaguas (niños), bizcochos con forma humana, y la colada morada, una bebida que se prepara a base de la harina de maíz morado, junto con frutas.
También en Bolivia se prepara un altar con velas, flores, dulces y frutas y se coloca un pan con forma humana en representación al difunto.
Aquí en España, se celebra el Día de Todos los Santos, un día en el que se recuerda a los que ya no están con nosotros.
Lo normal es acudir a los cementerios con ramos de flores, además de esto, en las iglesias se celebra una misa muy especial este día 1 de noviembre. En cuanto a la gastronomía, se consumen dulces y productos típicos de esta época del año, como castañas, membrillos y dulces espaciales.
Destacamos la fiesta de algunas Comunidades Autónomas:
Canarias celebra la tradicional “fiesta de los Finaos”. Es una cena en familia donde se recuerdan historias, anécdotas e incluso algún cotilleo de los difuntos del círculo familiar. En estas reuniones no pueden faltar: nueces, piñones, castañas asadas y otros manjares propios de esta época.
Cádiz, bajo el nombre de «La Fiesta de los Tosantos», se disfrazan personas y animales. Tampoco faltan los dulces, que son característicos, los huesos de santo o los buñuelos de cidra.
Galicia celebra una tradición ancestral celta llamada «Samhain» y lo hace la noche del 31. De manera similar a Halloween, se decoran las casas, se preparan las calabazas para meter dentro las velas. Aunque también hay aldeas donde celebran el llamado «Magosto» que consiste en una reunión entre amigos alrededor del fuego donde se asan castañas.
En País Vasco, la fiesta se llama «Gaztañerre Eguna», no faltan castañas, pero tampoco faltan caracoles en salsa o una masa hecha con harina de maíz llamada «motokil».
Los extremeños también salen al campo con la familia y asan castañas, comen frutos secos, preparan el fruto de la granada con azúcar o disfrutan de dulce de membrillo durante todo el día.
La castaña es sin duda la protagonista del Día de Todos los Santos. En Cataluña, se le llama a esta fiesta la «Castanyada», además también se comen dulces típicos como «panellets de piñones» o fruta confitada.
En Jaén, están las típicas “gachas”. En Begígar, aún pervive la costumbre de salir a la calle cargados de cazuelas llenas de gachas que utilizan para tapar las cerraduras de las casas en la creencia de que así se espanta a los malos espíritus. Las gachas dulces son un postre exquisito en estas fechas.
La tradición literaria también acompaña El día de Todos los Santos y el Día de los Muertos. En España, en algunos lugares, se realizan lecturas de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer: “El monte de las ánimas”, “El miserere” o se representa D. Juan Tenorio del escritor José Zorrilla, y en América Latina hay leyendas como la del Hombre que no respetó el Día de los Muertos. Os dejo el enlace a estas obras y espero que no os resulten demasiado tenebrosas, pero son lecturas obligadas para el Día de todos los Santos y el Día de todos los Muertos.
